Este papel, y el escandaloso romance con la conocida vamp Clara Bow (Bela Lugosi se había casado hacia poco con la millonaria Beatrice Week), le habían reportado una notoria fama y cuando la Universal puso en marcha la producción de la primera versión cinematográfica oficial inspirada en la célebre novela de Bram Stoker, no dudó en recurrir, por recomendación de Tod Browning, a Bela Lugosi cuando su estrella del terror  Lon Chaney no pudo asumir la interpretación del personaje a consecuencia de su deteriorado estado de salud.

Con anterioridad a la versión de “Drácula “de 1931 dirigida por Tod Browning y que encumbró a categoría de mito a Bela Lugosi,  la mítica productora alemana UFA había producido la magistral adaptación que del mismo texto había dirigido y escrito F.W. Murnau, que se estrenó en 1922 con no pocos problemas bajo el título de “Nosferatu” en medio de una lluvia de pleitos y demandas por parte de los familiares y herederos de Bram Stoker que no habían autorizado la adaptación del libro. Afortunadamente todas las copias de “Nosferatu” no fueron destruidas y aún hoy ésta es una de las cumbres del séptimo arte, del expresionismo alemán y del cine de terror de todos los tiempos. “Nosferatu” es además la más sugerente, personal e impresionante película sobre el mito de Drácula llevada jamás a la pantalla. Sus hallazgos estéticos son asombrosos, su puesta en escena magistral y el clima romántico, lúgubre, macabro y terrorífico que envuelve la película hacen de ella la más pura combinación entre tragedia y horror.

Mención aparte merece la caracterización de Max Shrenk como el espantoso vampiro, otro gran icono de la historia del cine, que ha dado pie a numerosas teorías y rumores sobre su identidad. Una de las más extravagantes dio pie a “La sombra del vampiro”, película que hipotetiza en clave de ficción sobre la relación entre F.W. Murnau y su protagonista, afirmando que se trataba de un auténtico vampiro; papel que interpretó Willem Dafoe.